La pérdida de cabello es un problema que ha preocupado al ser humano desde hace muchos siglos, y la prueba de ello es que todas las civilizaciones han tratado de combatirlo con sus métodos particulares. Algunos de ellos todavía siguen vigentes en la actualidad, pero otros remedios han quedado como meras anécdotas que sorprenden por lo inusual de los ingredientes utilizados.
La primera civilización que dedicó una especial atención al pelo fueron los egipcios. En todas las clases sociales el cabello tenía una gran importancia, y era muy común el uso de peinados muy trabajados y de elaboradas pelucas. El pelo era motivo de orgullo en el antiguo Egipto, razón por la cual la alopecia suponía un conflicto para aquellos que la sufrían.
Tratamientos para el pelo en el antiguo Egipto
Uno de los tratamientos más peculiares empleados para el pelo en el antiguo Egipto consistía en una loción preparada con grasa cocida de diversos animales como león, cocodrilo, hipopótamo, cabrito o cobra. Con este ungüento se untaban la cabeza convencidos de que el pelo volvería a crecerles. Una teoría muy extendida era que las propiedades de los animales peludos se podrían trasladar a los humanos con esta loción.
Otro remedio habitual en esta época era el uso de aceite de almendras dulces, nunca antes empleado por el ser humano para asuntos capilares. Los egipcios lo combinaban con aceite de ricino para potenciar su efectividad. Y la verdad es que no iban desencaminados…
Las almendras contienen un nutriente fundamental para la salud del pelo como son las proteínas. El aceite de ricino, por su parte, permite que mejore la circulación de la sangre. Esto hace que los folículos pilosos puedan recibir más nutrientes y hagan más fuerte al pelo. A día de hoy es habitual encontrar consejos para el cuidado del pelo que utilizan la misma técnica que los egipcios.
La preocupación del pueblo egipcio por la caída del cabello queda reflejada en el considerable número de remedios que empleaban para tratar de combatirlo. Otros de los tratamientos que se han documentado son la elaboración de un parche a base de hojas de lechuga picada, o la aplicación de semillas de alholva.