El efluvio telógeno es un problema capilar que afecta tanto a hombres como a mujeres, causado principalmente por episodios de estrés, alteraciones del estado del ánimo o cambios hormonales tras el parto; aunque también puede originarse debido a infecciones, cirugías, fármacos y otros factores que alteran el correcto funcionamiento del organismo.
El cabello tiene su propio ciclo vital: crecimiento (fase nágena), mantenimiento o reposo (fase catágena) y expulsión (fase telógena). El efluvio telógeno se produce cuando el estrés u otros factores mencionados anteriormente alteran el ciclo normal de crecimiento del cabello, provocando que muchos folículos pilosos pasen de la fase anágena directamente a la fase telógena, lo que deriva en una caída mayor de lo normal que suele apreciarse entre 2 y 3 meses después de que se produzca la situación desencadenante.
Nuestro cuerpo es un sistema inteligente que reacciona frente a situaciones conflictivas alterando su equilibrio: en este caso el del ciclo capilar.