N. Jiménez. Psicólogo colegiado: M-20.181
Perder pelo por la quimioterapia es una de las consecuencias que suele producir este tratamiento. Este tipo de tratamiento para el cáncer puede afectar a la cabellera, al vello púbico y al pelo del resto cuerpo, incluyendo cejas y pestañas. Pero no todo el mundo pierde su pelo con la quimioterapia. Algunos pacientes solo notarán que su pelo se debilita y se rompe con más facilidad, y otros incluso no notarán nada en absoluto.
¿Por qué se cae el pelo por la quimioterapia?
La pérdida de pelo asociada a la quimioterapia se debe a que es un tratamiento muy agresivo que ‘destruye’ las células cancerígenas, y que muchas veces daña también las células sanas. En el caso concreto del pelo, las células pilosas que se suelen reproducir de una forma muy rápida, son confundidas por este aspecto con las células malignas, y en consecuencia, son atacadas por los medicamentos.
Psicológicamente, las mujeres son las que más sufren por este tipo de alopecia. Según un estudio sobre pelo y quimioterapia publicado en el año 2001 en la revista European Journal Cancer Care, más de la mitad de las mujeres encuestadas afirmaban que el perder el pelo era sin duda lo que más temían de la quimioterapia. Este temor es tan intenso, que cerca del 8% de las mujeres que tienen que someterse a este tratamiento piensan seriamente en no iniciarlo por este motivo.
Miedo a perder el pelo por la quimioterapia
Este miedo a perder el pelo se debe en gran medida a tres factores:
- Afecta directamente a un aspecto clave en su aspecto y femineidad.
- Es un síntoma que los demás pueden ver continuamente.
- Es un constante recordatorio para ellas de que están siguiendo un tratamiento.
Este tipo de alopecia suele afectar a la autoestima de quienes la padecen. Aunque se esté mentalmente preparado gracias a las informaciones suministradas por el oncólogo o las enfermeras, el hecho de enfrentarse al espejo y descubrir que en muy poco tiempo se ha perdido el pelo es un golpe emocional duro de asimilar.
Las personas que reaccionan así podrían empezar a evitar situaciones que antes manejaban sin problemas. Algo tan sencillo como utilizar el transporte público se podría convertir en un obstáculo, por el temor a exponerse a las miradas de los demás aunque sean desconocidos. Esta evitación, junto a la baja autoestima y a la debilidad física que produce la quimioterapia, podrían desembocar en una depresión.
La sexualidad puede ser otro aspecto afectado por la caída del cabello púbico. Las personas solemos dar una gran importancia al pelo, y consideramos que es una parte fundamental de nuestro aspecto, de la imagen que proyectamos a los demás y de nuestro atractivo. Si desaparece, aunque sea de forma temporal por seguir un tratamiento médico, nuestra seguridad sexual corre riesgo de desaparecer con él.
Consejos para afrontar la pérdida del pelo por quimio
Ante esta situación, el mejor tratamiento a nivel psicológico es estar preparado para lo que va a venir, teniendo muy claro que una vez terminada la quimioterapia el pelo volverá a crecer. Durante este proceso, también puede ayudar el uso de complementos que camuflen la alopecia como pelucas o gorros. Con ellos, la persona podrá manejarse mejor en las situaciones que considere más delicadas.
Las células del folículo piloso que han quedado afectadas por la quimioterapia necesitan renovarse. Por ello, para reforzar el cabello nuevo son importantes los nutrientes beneficiosos que puedan añadirse en forma de complementos nutricionales especiales para el cabello.