Las rastas son un tipo de peinado en el que se teje y se enreda el pelo para darle forma de tubo. Generalmente se han asociado al movimiento rastafari de Jamaica, aunque se han usado desde la antigüedad y hoy muchas personas las llevan por una simple cuestión estética. Pocos peinados son más llamativos que las rastas y pocos generan tanto interés sobre los efectos que tiene sobre la salud del pelo.
Las preocupaciones que genera este peinado están totalmente justificadas, ya que es un hecho que puede producir o acelerar la caída del cabello. Según algunos estudios médicos, las rastas facilitan la aparición de la alopecia de tracción debido al estiramiento excesivo y prolongado del cabello.
Otro peligro al que puede enfrentarse un peinado con rastas es la humedad, que puede llegar a estropear el pelo si después de lavarlas queda humedad en el interior de la trenza. Por eso, siempre que hay que asegurarse de que el pelo se seca correctamente.
Además, por supuesto, hay que mantener una estricta higiene. En contra de algunas creencias, las rastas se pueden lavar a menudo. Si no se hace, se pone en peligro la salud del pelo y pueden aparecer picores en el cuero cabelludo, además de poder oler de forma desagradable. Para evitarlo, es recomendable usar un champú neutro y/ o adecuado a cada tipo de cabello.
Hay personas que defienden que después de hacerse unas rastas es mejor no lavar el pelo durante un mes para que no se deshagan. Esta falta de higiene es sin duda perjudicial para su salud. Si las rastas están correctamente hechas no deberían deshacerse aunque se laven. Para ello es aconsejable usar un método natural para formarlas, evitando siempre los productos químicos o las ceras.
Las rastas son, por lo tanto, un peinado que no sólo requiere mucho esfuerzo conseguir y mantener, sino que conlleva un riesgo considerable para la salud del cabello que debe tenerse en cuenta.