Que la higiene es beneficiosa para el cuerpo es algo que nadie pone en duda. Sin embargo, hay personas que optan por renunciar a ella y no se lavan el pelo con la frecuencia necesaria por temor a que el lavado pueda producir una mayor caída de cabello. Uno de los argumentos más empleados es que el agua daña a la raíz del pelo y la puede acabar pudriendo.
Aunque se trata de una teoría bastante extendida entre la población, es totalmente falsa y carece de base científica. El pelo necesita estar limpio de agentes que pueden resultar perjudiciales para el cuello cabelludo como el polvo, la grasa o la suciedad. Si no se produce una correcta higiene, el cabello no se oxigenará de la forma adecuada.
Lo que sí es importante tener en cuenta es que debe usarse un buen champú, que no sea muy agresivo y que mantenga las propiedades del cabello y del cuero cabelludo. El uso continuado de un champú muy agresivo sí que puede tener consecuencias negativas para el pelo, ya que lo acabará estropeando, perdiendo brillo, fuerza y volumen.
Uno de los motivos que lleva a muchas personas a pensar que lavarse el pelo a diario provoca una mayor caída de pelo, es el hecho de encontrar cabellos en la ducha o bañera después del lavado. Sin embargo, estos pelos no se caen porque la higiene diaria sea perjudicial y acelere el proceso. Esta caída ocurriría igualmente al realizar actividades habituales como peinarse o apoyar la cabeza en la almohada, dentro de un proceso natural de la vida del cabello.
En definitiva, es importante mantener unos hábitos de higiene capilar sin temor a que estos puedan afectar a la salud del cabello, y no olvidar el papel fundamental que juega el champú en el lavado diario.