Para hablar de caída del cabello hay que remontarse al siglo XIX, ya que fue el profesor francés Raymond J. Adrien Sabouraud (1864-1938) la primera persona que definió la alopecia (término médico para definir la caída anormal del cabello que tiene lugar cuando la pérdida es superior al 25% de todo el pelo).
La alopecia afecta a ambos sexos, aunque en mayor grado al masculino. Una de sus causas más frecuentes, aunque no la única, es la herencia estrechamente relacionada con las hormonas sexuales.
Desde la época de Sabouraud hasta la fecha ha habido muchas teorías entorno a la caída del cabello, algunas de las cuales han dejado de ser ciertas. Una de ellas es precisamente la teoría de que todas las personas que tienen caída del cabello, suelen además tener grasa en el cuero cabelludo.
Después de numerosos estudios se ha podido evidenciar que esta relación no es cierta, ya que hay casos de caída del cabello en los que éste no es graso. Por ejemplo, se sabe que un 20% de la población con problemas de caída tiene el cabello seco, algo que desmiente la teoría que relaciona directamente la caída del cabello y la grasa en el pelo.
Se sabe que el exceso de grasa puede modificar las condiciones normales del cabello, y por lo tanto su oxigenación. Esta falta de oxígeno en la raíz del cabello puede ayudar a provocar su caída.
Por lo tanto, podemos concluir que un cabello graso no tiene por qué acarrear problemas de caída del cabello. No obstante, las personas que tengan problemas de caída deben cuidar mucho su exceso de grasa. Si no se controla este exceso, puede perjudicar y empeorar la caída del cabello.