Muchos motoristas suelen manifestar su temor a que el uso prolongado de casco tenga una repercusión negativa en la salud de su pelo, una inquietud que también se extiende a los profesionales que utilizan protecciones en la cabeza durante su jornada laboral. ¿Tienen motivos para preocuparse?
Aunque esté extendida la creencia de que no existe ninguna relación, la realidad es que el uso de casco sí afecta negativamente al proceso de caída de cabello debido al efecto físico de arrastre del pelo. La acción de ponerse un casco, y sobre todo la de quitárselo, puede traer consigo el arranque del cabello. Al tratarse de situaciones cotidianas que se llevan a cabo constantemente, es aconsejable realizarlas con especial cuidado.
El uso del casco de manera prolongada puede además generar una mayor sudoración y la secreción de sebo por parte de las glándulas sebáceas del pelo, por lo que es especialmente importante mantener una higiene adecuada del cuero cabelludo. Si no se realiza un correcto lavado, esta falta de oxigenación y limpieza podría tener consecuencias indeseables en forma de aceleración de la caída del cabello.
Esta relación directa entre la higiene y la salud capilar es algo que afecta a todas las personas, si bien deben prestarle una especial atención aquellas que utilizan gorras, sombreros o cualquier tipo de elemento que esté en contacto con el cabello de manera prolongada.
La presencia de cabellos en los cascos es a menudo justificada por los motoristas alegando que cada día se pierden de manera natural cientos de pelos, y que es normal esta acumulación debido a que las protecciones hacen que se queden allí estancados. Sin embargo, que en un casco haya cabellos es una prueba del perjudicial efecto físico de arrastre que se produce como consecuencia de su uso.